Las relaciones son cuestión de una sintonía muy fina.
Me dijeron esto hace poco y no podría estar más de acuerdo.
Vamos por la vida dejando muertos, cortando cabezas, lo queramos o no.
La mayor parte del tiempo lo hacemos sin darnos cuenta, nos comunicamos desde automatismos, contestamos mal, no contestamos, explicamos de más o de menos. Y en cada interacción rozamos heridas que todos llevamos abiertas. Nos queremos comunicar desde el corazón pero en gran medida lo hacemos desde esas heridas, reaccionamos desde nuestros bloqueos, erigimos barreras, escudos.
Y para nuestro inconsciente esto es ir dejando muertos, cada palabra-puñal o silencio-puñal, nos llena de una culpa inconsciente.
Nadie está limpio de pecados para nuestro inconsciente. Aunque parezca que sí, la mayor parte del tiempo no hablamos el mismo idiomas con las demás personas, incluso con las más allegadas y ello es fuente de desencuentro, malestar y dolor.
Pasan los años y acumulamos enormes deudas de culpa a saldar con nosotros mismos
El inconsciente no olvida. Acumula y castiga.
Así que cada vez que sientas que algo ha quedado sin resolver intenta dejarlo en su sitio.
Muchas veces una aclaración, una disculpa, es un buen modo de resarcir el daño interior.
Si la cuenta pendiente es con alguien que ya no está?
Si la cuenta pendiente es con alguien que ya no está o que sabes que no está dispuesta a escucharte escribe una carta y leeselá visualizandolx delante de ti, también funciona.
Desapegarnos de las expectativas
Los resultados ya no dependen de nosotros, hacemos lo mejor que podemos y nos encargamos de que nuestra parcela quede libre de residuos.
Somos los encargados de mantenimiento de nuestra alma, vigilemos a la culpa, que es una de las principales herramientas de autodestrucción.
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