A mí también me hubiera gustado que mi primer amor durará toda la vida, que la soledad no me hubiera golpeado.

Me hubiera gustado nunca haber lastimado a nadie y que aquella persona a la que amé, me hubiera amado también, hasta que estuviéramos viejitos.

Pero mi historia, como la de muchas personas, no es esa.

Es quizás una en la que la vida te enseña a encontrar la felicidad en las cosas que menos esperas. No lo sé, quizá sea una en la que la suerte te regala un amor tardío que llega cuando ya no lo buscas.


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