Me estoy dando el permiso…
de ir a mi propio ritmo, ya no quiero apurar nada, ya no quiero exigirme ni exigir.
Me estoy dando el permiso …
de respetar lo que mi cuerpo experimenta y aceptar.
Me estoy dando el permiso …
de ser yo misma, y por momentos me sorprende, me siento más liviana, con paz.
Me estoy dando el permiso …
de expresar mis emociones, de decir no sin culpas, de poner límites, de tener el pelo despeinado de vez en cuando, de mostrarme vulnerable, de saber que no puedo con todo y que eso está bien.
Me estoy dando el permiso …
de merecer lo que sueño, de avanzar
por este camino en el que mis piernas hoy
más que nunca caminan con firmeza.
Y si me equivoco, aprendo.
Y si no sé qué hacer, respiro.
Y si no tengo las respuestas, confío.
No es fácil darnos el permiso, pero tal vez
sea más simple de lo que pensamos, cuando finalmente nos arriesgamos a intentarlo.
Natalia Lewitan
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