Cuando terminamos una relación, es común sentir que hay una conexión energética persistente con esa persona, y esto puede dificultar la superación de la ruptura. Compartir intimidad con otra persona implica intercambiar energía, y puede dejar una huella en nuestro campo energético durante un tiempo. Sin embargo, es posible trabajar en la limpieza de estas uniones y revisar cómo se encuentra el estado energético de esas relaciones.

Una forma de hacer esto es a través de la Sanación Akáshica, que nos permite mirar más allá de nuestro plano físico y examinar las posibles ligaduras o ataduras que hayan quedado después de la relación. También es posible que haya emociones asociadas a esa persona que hayan quedado cristalizadas en nuestro campo energético, o pactos realizados en otras vidas que aún estén afectando nuestra conexión.

Para deshacernos de estos bloqueos, es importante tomar conciencia de su existencia y comprometerse con el trabajo interior. No podemos esperar que alguien más haga este trabajo por nosotros. Debemos estar dispuestos a hacer la introspección necesaria y enfrentar las emociones que puedan surgir en el proceso. Si realmente queremos superar una relación pasada y liberar nuestra energía, es esencial estar dispuestos a hacer este trabajo.

Si bien puede parecer abstracto o desconocido para algunos, la Sanación Akáshica es una herramienta poderosa que nos permite acceder a niveles más profundos de nuestra existencia y trabajar en la liberación de bloqueos emocionales y energéticos. Si te resuena esta información, te animo a explorar más sobre esta práctica y considerarla como una posible ayuda en tu proceso de sanación emocional.