Hace días que veo este póster tamaño natural por la calle y cada vez que lo veo, pienso: ¡no, nooo!! ¡Así no se hace! No puedo evitar que me crispe los nervios cada vez que paso por ahí, ¡que además es cada día! De hoy no pasa, vamos a mejorar tu postura de la cobra.

La postura de la cobra tiene muchos beneficios… ¡si se hace bien! Los básicos: fortalece los brazos, flexibiliza la columna vertebral, expande el pecho y los hombros.

Lo más “grave” en la foto son los codos: esta chica tiene hiperlaxitud, es decir, sus codos, en lugar de frenarse donde deberían, giran de más. ¿Ves el interior del codo mira prácticamente hacia afuera en lugar de hacia adentro? Pruébalo y verás… esto genera un sobre esfuerzo en la articulación y puede suponer un desgaste si no se trabaja correctamente en clase.  Si te sucede como a ella y crees que puedes tener hiperlaxitud en alguna o varias articulaciones, es importante tenerlo en cuenta en tu actividad física.

Siguiendo con la postura de la cobra, si nos fijamos en la foto, vemos que la pelvis vemos no toca el suelo: en bhujangasana el pubis no debe despegarse del suelo, de lo contrario forzamos lumbares. En cuanto a los hombros, podrían estar peor, podrían estar mucho más cerca de las orejas, que sería todo lo contrario de lo que hay que hacer, pero sí debería bajarlos un poco más y, sobre todo, llevarlos hacia atrás; de este modo completaría la extensión, ayudaría al esternón a subir.

La fórmula correcta es: brazos ligeramente flexionados (más en caso de hiperlaxitud), recto abdominal arriba, empujando a esternón también hacia arriba, hombros rotados hacia atrás y hacia abajo, lumbares protegidas con el coxis hacia el suelo y… ¡voilá! ¡Una cobra bien ejecutada y saludable!